Con una posición privilegiada junto al barrio de moda de Santa Catalina, pero con más propiedades en venta en Santa Catalina y listas para su desarrollo, ahora es el barrio de Son Espanyolet de Palma el que está experimentando una transformación. Y un buen ejemplo de la evolución de la zona se puede encontrar en este proyecto de casa de madera contrachapada, de los arquitectos locales SMS.
La fachada de esta propiedad de tres plantas, que forma parte de una línea de casas adosadas típicas, llama inmediatamente la atención, no por su ostentación, sino más bien por todo lo contrario. Es sencilla sin ser minimalista, casi con un toque naïf, donde una combinación improbable de baldosas de terracota vidriada, ladrillo visto de arenisca y puertas y contraventanas de color verde menta simplemente funciona.
El diseño de la casa se guió en gran medida por la necesidad, que exigía una solución ligera para ampliar la planta baja original con una planta por encima, manteniendo su estructura de base, para no sobrecargar los muros de piedra originales.
Esto ha dado lugar al aspecto más llamativo de la propiedad: una serie de estructuras de techo entrelazadas formadas por madera contrachapada. La falta de acabado muestra su geometría estructural, vinculándola a la ornamentación de artesonado característica del casco antiguo de Palma de Mallorca, aunque en su encarnación industrializada del siglo XXI.
Propiedad en venta en Santa Catalina
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Las estructuras internas prefabricadas y sin tratar también producen una deliberada sensación de crudeza, creando un llamativo contraste con elementos más familiares y tradicionalmente mallorquines, como las puertas de madera tallada y el alicatado original. En las zonas en las que ha sido necesario sustituir el suelo original, se han añadido baldosas de hormigón -procedentes de fabricantes locales- que crean divertidas celosías en forma de diamante.
El proyecto estableció varias «zonas atmosféricas» dentro de la casa. Hay habitaciones con luz difusa, con luz matinal, orientadas al noreste y al suroeste. Algunas habitaciones dan a un patio interior, otras reciben el sol de la tarde e incluso tienen vistas al castillo de Bellver. Algunos espacios tienen masa térmica que refresca en verano, mientras que otros con menos pueden calentarse fácilmente en invierno, lo que permite la migración estacional dentro de la casa.
El resultado es una propiedad en la que las modernas técnicas de corte de la madera han proporcionado una solución estructural, además de definir el carácter de los interiores. La decisión de dejarlos en su estado «bruto» es inspiradora, yuxtaponiéndolos hábilmente con elementos originales, y creando un hogar familiar tan cálidamente acogedor como encantadoramente original.
Fotos de Luis Díaz
